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Yuriana Pazarán Romero

Accidente

“La humanidad rebosa pasión. La medicina, leyes, administración, ingenierías son muy nobles y necesarias para sostener la vida, pero la poesía, belleza, romance, amor es por eso que vivimos” Amo mi trabajo y amo entrenar, no concibo mi vida sin alguno de estos.

Pero otra vez pasará un tiempo en el que debo ser paciente, no es que no sepa esperar, sino que estoy acostumbrada a trabajar para mejorar, a esforzarme por lo que deseo lograr y no he entendido a no hacer nada para lograr alguna meta. 🤔😕

En 2015 me lesioné la rodilla derecha (menisco roto, desgarre en ligamento lateral interior y cruzados), en parte culpa del propio accidente y en parte mía por no fortalecer uniformemente los músculos de la pierna.

Me tomó dos meses volver a caminar y 5 meses regresar a entrenar. A pesar de todo lo que tuve que superar, contra intuitivamente, regresé mejor que antes de la lesión.

Pero me prometí no volver a pasar por una situación así.

Desde entonces fortalezco mis piernas 6/7 días, caliento, estiro y les doy mantenimiento. Lamentablemente, no controlamos nuestro destino y para mi sorpresa, ayer tuve que someterme nuevamente a artroscopia de rodilla, esta vez, de rodilla izquierda.

Entré a quirófano con un diagnóstico de 2 meniscos rotos y desgarre de ligamento lateral interior. Viví en negación de miércoles que me accidenté hasta viernes en la noche que me programaron, era como si me hubiera fallado una vez más. 💊🌡

Cuando salí me dieron 2 buenas noticias, no fueron los meniscos, sino una fisura en la meseta (cabeza) de la tibia y el daño a ligamentos no fue grave.

Mi recuperación será más rápida que la vez pasada además de que no perdí menisco (no se regenera y son necesarios para que la rodilla flexione).

De alguna forma, los músculos de mi pierna esta vez sí hicieron su trabajo. Me tomaré vacaciones forzadas pero el panorama es más alentador que el de la vez pasada.

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Mentalidades para entrenar

Llevo un rato analizando lo importante que es la mente en el entrenamiento. Me resulta curioso como pasamos por alto este aspecto cuando entrenamos.

No es que lo sepa todo, para nada. más bien he estado leyendo al respecto y palabras más, palabras menos, la mayoría de los autores consideran importante asistir a clase con una mentalidad que cumpla dos objetivos:

  1. Buscar siempre aprender
  2. Buscar siempre mejorar

El primero, está directamente relacionado con el ego. Entiende que cualquier comentario que te haga el profesor o compañero de clase con respecto a tu técnica o ejercicio puedes utilizarlo como punto de partida para mejorar o aprender algo nuevo, incluso viniendo de tus compañeros menos avanzados. Es cuestión de enfoque. Sin embargo, si no eres capaz de recibir comentarios, entonces tampoco puedes tener una mentalidad propicia para mejorar. Además de una mente abierta, también debes buscar dar tu máximo esfuerzo durante todo el ejercicio y tratar a toda costa de ir refinando cada una de tus técnicas.

El segundo aspecto está más relacionado con buscar siempre vencer y puede tener dos connotaciones. La más fácil es, por ejemplo, en competencia; tu mentalidad debe siempre estar enfocada en que tu desempeño sea mejor al de tu adversario, y no darnos por vencidos a sabiendas de que el contrincantes es mucho mejor técnicamente que nosotros o que venimos agotados o lastimados al evento. De manera análoga, cada entrenamiento es también una lucha contra nosotros mismos, contra las adversidades que pueden ser de destreza, o de condiciones físicas o de avance en conocimiento de técnicas. Lo importante es hacer frente a cualquiera de estos escenarios, mediante una mentalidad firme e incansable. Es cierto que jamás seremos perfecto, sin embargo, siempre habrá aspectos perfectibles, busca trabajar en ellos.

En un video biográfica sobre Tom Braddy, su entrenador mencionaba «Tom es uno de esos atletas que no entrenan para mejorar un 5%, él entrena para mejorar un 1%» Esto habla justamente de eso,  del compromiso para mejorar cualquiera que esto implique y sin importar si es cambio es substancial o no, simplemente es para eso, para mejorar.

El progreso no se da de la noche a la mañana, y no solo involucra nuestro entrenamiento físico, mientras no involucremos el desarrollo de nuestra mentalidad en la práctica, no podremos aspirar a superar nuestros límites actuales.


5 recomendaciones para aprovechar al máximo tu clase

Sin duda todos creemos que ensayar tanto como sea posible es la mejor forma para avanzar más rápido en cualquier disciplina, no es la excepción el taekwondo. Pero si este fuera el único camino, seguramente estaríamos en serios problemas, ya que en realidad el tiempo que podemos disponer para entrenar no depende enteramente de nosotros, la vida diaria tiene otros frentes que se deben atender (trabajo, escuela, familia, amigos, etc.).

Es cierto, “la práctica hace al maestro”, pero la calidad del entrenamiento es la que al final impactará en los resultados. Puedes aumentar la calidad de tus entrenamientos considerando los siguientes diez puntos:

1)          No te saltes el calentamiento

El error número uno por excelencia es saltarse el calentamiento, ya que se cree que de este modo se “maximiza el tiempo efectivo de la clase”. Sin embargo, exigirle a nuestro cuerpo que esté al cien por ciento cuando no se le ha preparado no solo va a jugar en nuestra contra para mejorar nuestra condición, velocidad, fuerza, potencia, elasticidad o hasta ir refinando nuestras técnicas, sino que corremos un alto riesgo de lastimarnos durante el entrenamiento o ir acumulando desgaste físico hasta que más adelante se traducirá en una lesión.

El calentamiento tiene como objetivo fundamental preparar a tu organismo, tanto a nivel funcional como psicológico, para realizar una carga de trabajo intensa y que este responda con su mejor desempeño posible. Por lo que saltarte el calentamiento es más bien una buena forma de desperdiciar tu clase. En cambio, puedes optimizar tu clase realizando un muy buen calentamiento, pues de esta forma todos los ejercicios que realices podrás realizarlos con tu mejor nivel.

Puedes  llegar unos quince minutos antes del inicio de la clase y empezar a calentar por tu cuenta. Recuerda debes empezar con ejercicios generales que se enfocan en las extremidades más grandes y con una intensidad baja, para gradualmente ir aumentando la intensidad y pasar a movimientos más específicos. Si no te es posible llegar antes o incluso llegas un poco rezagado por el trabajo o la escuela, no importa. Incorpórate al calentamiento de la clase y aprovecha cada tiempo de descanso entre ejercicios para seguir estirando por tu cuenta. Mantente activo en los descansos

2)          Entrena siempre dando tu máximo esfuerzo

La mejor forma de hacer valer tu entrenamiento es darlo todo. Es sencillo, si cuando sales de clase piensas que pudiste haber realizado más series de un ejercicio, moverte más rápido, patear más fuerte o incluso más alto, entonces no lo hiciste a tu máximo esfuerzo. El progreso tanto en tu capacidad física como en tus habilidades técnicas y tácticas requiere que te exijas tu nivel máximo siempre. No puedes esperar un excelente desempeño en una competencia o examen si no entrenas para ello. Debes fomentar una mentalidad de búsqueda de perfección, de este modo cada clase irás mejorando paso a paso y no te sentirás presionado días antes de tu evento por tratar de remediar todas tus fallas técnicas o de condición física. Mantenerte en este nivel de exigencia también desarrolla tus habilidades psicológicas, ya que mejorará tu manejo de emociones, control de atención y confianza en ti mismo.

3)          Mantén una mente abierta

Llega a clase siempre con la intención de aprender e intentar, sin importar si te equivocas, si te están viendo, si te regañan, etc. Sencillamente olvídate de todo lo exterior y enfócate en vivir tu entrenamiento y para tu entrenamiento. Mantente atento y no solo nos referimos a poner atención a la explicación que de tu maestro. Se puede aprender también de escuchar la retroalimentación que te de tu compañero de trabajo, de ver cómo los demás ejecutan el mismo movimiento que tú y también de preguntar a los demás cómo lo hacen. Observa y contágiate de tu compañero que patea muy rápido, del que tiene las patadas más altas o el que tiene en mejor impacto.

4)         Toma notas y plantéate objetivos para cada clase

Cuántas veces no te ha pasado que olvidas los detalles que te explicaron de alguna posición, defensa, patada o forma y te vuelve a caer “el veinte” cuando tu profesor te los repite en otra clase. Claramente, tu profesor no espera que a la siguiente clase ya todos y cada uno de sus comentarios los incorpores en tus ejecuciones, pues sabe que el aprendizaje requiere de un tiempo que va desde el notar y entender lo que desea que aprendas hasta realmente incorporarlos en tu hacer y para ello debes pasar por la práctica. Por lo tanto, una buena práctica es mantener un seguimiento de las explicaciones, detalles y comentarios que obtuviste durante la clase, anotarlo y revisarlos antes de tu siguiente clase para hacer hincapié en llevarlos a la práctica en tu nueva clase y estar al pendiente de no descuidarlos. Puedes desde anotarlos en un cuadernillo o grabarlos en video, tú decides, la recomendación es llevar un orden para que puedas consultarlos fácilmente, Podrías hacer el registro por orden cronológico o incluso por concepto: posiciones básicas, defensas, ataques, patadas, formas, técnicas de defensa personal, combate, etc.

5)          Diviértete

Al final del día, practicas porque te gusta, entonces, no tiene caso que entrenes sin que disfrutes tu clase. Busca siempre dejar de lado todos los pensamientos de miedo o nervios, valora todo el avance que has ido acumulando y se positivo con respecto a lo que puedes llegar a alcanzar.