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Proyecto Taekwondo V2.0 Posición larga

¿Podemos enseñar a dejar el alma en el doyang?

Me encanta seguir por mis redes sociales a varios atletas, marcas deportivas y páginas de motivación personal. Me gusta contar con una mentalidad positiva y también con alguna que otra técnica nueva que aplicar para patear, en defensa personal o simplemente otro ejercicio para entrenar en el gimnasio.

Llevaba varios días meditando como ha cambiado la mentalidad de la gente en varios ámbitos de mi día a día, pero no encontraba cómo describir el cambio. No fue sino hasta ver una imagen de una marca para jiu-jitsu brasileño que me impactó, la frase de la marca englobaba perfectamente lo que estaba pensando, que en español parafraseado sería algo así: No puedes enseñar a darlo todo o a dejar el corazón en el campo.

Entreno taekwondo desde que tengo 8 años y desde el primer día que llegué al doyang me enamoré, supe que acaba de encontrar una actividad que estaría presente en todas las facetas de mi vida. En cuanto fui avanzando en grado, también tuve que ir abandonando algunas actividades para poder dedicar más tiempo a mi entrenamiento, así dejé el voleibol, el básquetbol y, por último, el football.

No puedes enseñar a darlo todo o a dejar el corazón en el campo.

Mientras me cautivaba el reto físico de ir desarrollando tu cuerpo e ir logrando cada una de las nuevas técnicas, defensas, posiciones, patadas y formas; también lo hacía la filosofía que se me iba inculcando de este arte marcial.

Atribuyo mucho de esto a que tuve un profesor muy preparado tanto en esta disciplina como en el ámbito profesional. Mi profesor era en ese entonces de los pocos tercer dan en México y además se había especializado en defensa personal, de hecho, no solo practicaba taekwondo, también hapkido.

Me parece que su combinación de médico cirujano con sus múltiples cursos enfocados al deporte, así como su deseo por siempre estar a la vanguardia, complementado con su mentalidad de día a día inculcarnos el superarnos y llevarnos a cada uno de nosotros al mejor nivel, fue perfecta para que todos sus alumnos siempre buscáramos dar lo mejor de nosotros dentro y fuera de la escuela ante cualquier circunstancia.

Sin embargo, y a pesar de que deseaba seguir entrenando, mientras estudiaba la licenciatura me fue imposible seguir yendo a clase, así que tuve que suspenderlo por cinco años. Cuando al fin pude regresar a entrenar, dentro de mi misma escuela pero en una sede con más años y renombre a cargo de otro profesor de mayor grado, me fui dando cuenta que muchas cosas habían cambiado. En particular la técnica, la exigencia y el enfoque habían cambiado. No me gustaba externar mi pensamiento, porque por alguna razón, la gente lo asociaba a que se había dejado de entrenar con órdenes, sin mostrar emoción alguna y castigando a golpes los errores. Pero, yo no me refería a eso.

Llevo un tiempo dando algunas clases en la escuela en la que practico. Es difícil enseñar, lo he de reconocer, requiere de mucha paciencia y mucha atención, como cuando se hace una presentación, hay que saber leer a tu audiencia. Hace unos días hubo oportunidad de escuchar comentarios sobre las clases y me encantó escuchar tantas cosas positivas. Me considero una persona estricta pero racional, es decir, jamás pongo un ejercicio a menos que sea necesario para que mejores tu técnica y lo más importante, todas las clases yo también entreno, así marco la pauta de cómo debe realizarse y cuánto hay que exigirse.

Al final, creo que mucho del cambio en la actitud, la disciplina, la técnica y hasta la entrega que ponemos en los entrenamientos no se debe a los profesores, sino a nosotros como alumnos, a nuestra dedicación y los límites que nos planteamos.

Es por ello que me encantó la frase de la marca de jiujitsu, creo que todos los que entrenamos y queremos involucrar a más personas en nuestra disciplina, tenemos fe en que sea posible. Pero más allá de si lo es o no, buscamos impactar positivamente en cada uno de los estudiantes, buscamos un mundo de personas apasionadas, que busquen siempre dar lo mejor de ellos, que traten siempre de sobrepasar cualquier obstáculo y que a su vez tiendan la mano a los que lo rodean y contagien de esta misma mentalidad a los demás.

Es cierto, posiblemente, no podamos enseñar a dejarlo todo en el tatami, pero quizás podamos influir en ese cambio porque al final lo que somos es una combinación de características y circunstancias. Como apuntaba Ortega y Gassete: “yo soy yo y mis circunstancias”.


Cinco detalles para que tus poomsaes resalten

En ocasiones vemos una ejecución de formas correcta; con las posiciones, las defensas, los golpes y patadas con una buena técnica; sin titubeos en la realización y con mucho grito, pero sencillamente no termina de convencernos ¿por qué?

La forma de taekwondo al ser la representación de un combate, es un vínculo directo entre lo marcial con el arte, es decir, además de demandarnos técnicas eficientes de defensa personal (acorde a su practicidad marcial), también requiere que sean controladas y estéticas (la parte artística del movimiento).

Existen pequeños detalles que diferencian a una forma bien ejecutada de una muy buena forma, una que sobresale.

La labor de nosotros no es únicamente memorizar los movimientos uno tras otro, existen elementos que debemos agregar y que permiten que nuestra ejecución, además de mejorar notablemente, tenga un poco de nuestra esencia.

La forma es descrita por los profesores más avanzados de MoonMoo-Wonn MooDukKwan como «un combate a muerte» por que debe estar completamente impregnada con realismo y como tal, el practicante debe también reconocer qué clase de movimiento está ejecutando y adoptar una vista acorde a cada situación

Uno | Preparación y ejecución

Sí, una y mil veces, este es uno de los puntos en los que más énfasis se debe poner.

Preparar el siguiente movimiento (defensa o ataque) es un elemento que debe ser uniforme, es decir, todas las defensas , sin importar el grado de quien esté realizando la forma, tienen la misma preparación y deben cumplir con cada uno de sus elementos, lo cual además contribuye a que su ejecución también esté bien realizada.

Por ejemplo, si te precipitas a realizar una patada de lado sin antes haber doblado la rodilla y girado la planta del pie de la pierna de apoyo, seguramente no lograrás tener estabilidad que a su vez repercutirá en la altura y el impacto de la técnica.

La ejecución del movimiento por su parte también cumple una serie de requisitos, que además de realizar su función de defensa o ataque, tiene que cubrir requisitos estéticos, los cuales deben ser congruentes para cada mismo movimiento.

Si las estancias (posición corta, larga, de una paso, a caballo, etc) varían cada nuevo movimiento, los básicos aun requieren de más práctica para que se puedan incorporar correctamente en el poomsae.

La misma historia aplica para las patadas, defensas y golpes.

Dos | Ritmo

El tiempo entre cada nuevo movimiento en el poomsae es muy relevante y debe concordar con la función del mismo.

De este modo, puede haber transiciones lentas y movimientos más súbitos dentro de la forma que debes identificar y resaltar cuando la ejecutes, para ello, el punto anterior es de gran ayuda ya que te permite reflexionar en la secuencia de movimientos y a su vez en la cadencia o ritmo que debe llevar cada uno.

Cabe destacar dentro de este punto, que las formas son simétricas, por lo cual la cadencia de la realización para un lado debe coincidir con la que se ejecute para su lado opuesto.

Tres | Precisión e impacto

Aunque en realidad no hay ningún oponente enfrente, los movimientos deben asumir que se está pegando en determinado blanco exacto, además el movimiento debe tener la fuerza necesaria para su lograr su objetivo pero sin que se deforme la técnica.

Una buena técnica debe encontrar el equilibrio entre fuerza y rapidez (potencia) con el control y estética del movimiento.

La fuerza en un golpe o defensa no solo radica en el movimiento de la parte alta del cuerpo, también involucra la parte baja del cuerpo.

Las posiciones (larga, corta, de un paso a caballo, etc) están diseñas precisamente para contribuir a generar fuerza y base de sustento para controlar el movimiento.

De igual forma, las patadas necesitan tener impacto, altura y precisión. Una buena técnica de pateo no solo involucra altura.

Levantar la pierna sin incluir impacto, es anular la esencia del movimiento. Se trata de un impacto en el adversario, es decir, de un ataque mediante una extremidad del cuerpo.

La belleza de la patada en un arte marcial no radica en realizar el movimiento de forma suave, al extremo de perder su funcionalidad, sino en el uso de una técnica estética (arte) en un movimiento eficiente de defensa personal (marcialidad).

Lograr tener impacto no es sencillo, ya que se debe coordinar fuerza, velocidad y técnica al momento de ejecutar el movimiento.

Se puede decir que el impacto es el reflejo del perfeccionamiento del movimiento.

Entonces, para lograr el impacto hay que trabajar los tres aspectos. Pero se debe iniciar con un refinamiento básico de la técnica, ¿por qué?

Porque trabajar la velocidad o la fuerza del movimiento sin haber establecido la técnica correcta genera movimientos parásitos o lastres que impiden tanto que de verdad se logre un movimiento eficiente en cuanto a fuerza y velocidad, como que se logre una ejecución estética o «limpia», libre de movimientos extras o torpes.

Cuatro | Respiración y grito

El cómo inhalamos y exhalamos repercute en primera instancia en la parte estética de la forma y en el cómo nos percibe la audiencia.

Imagina ver correr a alguien moviéndose a punto del desvanecimiento tratando desesperadamente de tomar más aire, ¿no suena a que se haya preparado para presentarla, verdad?

Parte de entender los movimientos de la forma (cuál defensa o ataque es, cuál es el blanco a impactar, después o antes del bloqueo, misma cadencia que el movimiento anterior o se acelera, etc) es entender en dónde se debe tomar aire, dónde realizar pausas y cuanto aire debemos soltar durante o entre los siguientes movimientos.

Además de esto, el cómo respiramos también repercute en la fuerza, rapidez, equilibrio y hasta altura, en el caso de las patadas, de la técnica que estamos ejecutando.

Debemos saber acentuar los movimientos más importantes del poomsae y utilizar el grito tanto para esto como para aumentar el impacto, soltar el aire, tomar una pausa y tomar nuevo aire para avanzar a los siguiente movimientos.

Cinco | Vista y realismo

Quizá sea el vicio más persistente en una forma, porque no solo se trata de realizar el golpe o la patada mirando el blanco que estamos impactando, también tiene que ver con girar la vista hacia donde se va a avanzar mientras preparamos el siguiente movimiento y por tanto, antes de ejecutarlo, por ello, la vista también es un elemento clave de la preparación y consiguiente ejecución de las técnicas.

La forma de taekwondo al ser la representación de un combate, es un vínculo directo entre lo marcial con el arte, es decir, ésta además de demandarnos técnicas eficientes de defensa personal (acorde a su practicidad marcial), también requiere que sean controladas y estéticas (la parte artística del movimiento).

La forma es descrita por los profesores más avanzados de MoonMoo-Wonn MooDukKwan como «un combate a muerte» por que debe estar completamente impregnada con realismo.

Como tal, el practicante debe también reconocer qué clase de movimiento está ejecutando y adoptar una vista acorde a cada situación, ¿no es convincente una forma en la que el sujeto parece que se encuentra moviéndose de lado a lado con una sonrisa en el rostro, verdad?

Sin duda, la ejecución de cada practicante depende en parte de su interpretación de la forma, y no, no nos referimos a que cada uno entiende o adopta nuevas defensas o patadas en la forma, los movimientos son invariantes, y siguen un patrón estándar que no se modifica.

Nos referimos a que dentro de cada preparación, cadencia, respiración, grito y vista, cada interprete añade algo de su esencia, que al final le da esa identidad única de cada uno de nosotros.


Proyecto Taekwondo V2.0 squat antes de empezar el examen de cintas negras

¿Por qué calentar para taekwondo?

Hace un par de días leí una publicación de un maestro (que por cierto, es un divo en otro arte marcial) que decía «si vienes a 60 minutos de clase de karate, tendrás 60 minutos de eso, no esperes que llegue a darte calentamiento». La entrada me pareció un poco controversial, aunque no puedo terminar de juzgarla, porque desconozco si su clase abarca 90 minutos, de los cuales destina 30 minutos al calentamiento y el resto a karate, lo cual consideraría correcto. Mi punto es, no debes saltarte el calentar para taekwondo, pero ¿por qué?

Definición básica de calentamiento

Es cierto, el calentamiento es una fase previa al entrenamiento propiamente dicho, pero es una parte fundamental. Por definición el calentamiento es una fase de introducción gradual, en la que se incorporan tanto ejercicios generales como específicos. Esta combinación de enfoques en los ejercicios nos permite prepararnos para el entrenamiento, con el objetivo de maximizar nuestro desempeño así como minimizar el riesgo de lesiones.

En general, distintos trabajos al respecto indican que el calentamiento permite preparar al organismo a nivel físico, fisiológico y psicológico. En su libro, el especialista en entrenamiento deportivo David Marchante, menciona que se han hecho estudios que concluyen que el calentamiento es capaz de aumentar el rendimiento deportivo entre uno y siete por ciento. 

Calentando antes de entrar a examen

En este sentido, el mensaje es muy claro «si no tienes tiempo para calentar, tampoco tienes tiempo para entrenar»

La intensidad y duración de los ejercicios tienen repercusión directa tanto en el grado de calentamiento así como en la duración de su efecto. Por ello, los ejercicios incorporados deben ajustarse a la actividad física que va a realizarse. Del mismo modo, también debe considerarse las circunstancias bajo las cuales se va a practicar el deporte.

Sus objetivos atienden tres niveles: el funcional, el motor y el emocional.

Objetivo a nivel funcional

Lo que busca es acelerar la adaptación del practicante en tres aspectos: respiratorio, circulatorio y metabólico. Para esto, nuestro organismo aumenta su temperatura a nivel corporal y muscular, además de aumentar nuestra captación máxima de oxígeno.

Objetivo a nivel motor

Aumenta la capacidad de carga de las articulaciones, lo que permite que aumente su resistencia durante el periodo de entrenamiento. Esto a su vez disminuye las probabilidades de lesiones. También aumenta el rango de movimiento de los músculos y las articulaciones para, de este modo, optimizar su desempeño en los distintos movimientos.

Finalmente, mejora la velocidad de transmisión del impulso nervioso, ¿por qué es importante? el movimiento se basa en instrucciones que van desde nuestro cerebro hasta nuestras extremidades. Aumentar la velocidad a la que viajan estas señales es determinante para ejercicios que requieren contracciones rápidas de las fibras musculares, como lo es el taekwondo. Al respecto, comparto un video de TED en el que explican el proceso.

Objetivo a nivel emocional

Por último, a este nivel, el calentamiento permite una disposición positiva y activación óptima del sistema nervioso. Esto se traduce en una mayor concentración y mejor actitud/condición del practicante en el entrenamiento.


1/ El video «After watching this your brain will not be the same» es propiedad de TEDx, todos los derechos reservados al propietario. 

2/  Marchante Domingo, David, (2015), Entrenamiento eficiente, explora tus límites, España, Editorial Luhu Alcoi S.L.

3/ SICCED, (1997), Teoría del entrenamiento, nivel 1, Ciudad de México, México, CONADE.


Accidente

“La humanidad rebosa pasión. La medicina, leyes, administración, ingenierías son muy nobles y necesarias para sostener la vida, pero la poesía, belleza, romance, amor es por eso que vivimos” Amo mi trabajo y amo entrenar, no concibo mi vida sin alguno de estos.

Pero otra vez pasará un tiempo en el que debo ser paciente, no es que no sepa esperar, sino que estoy acostumbrada a trabajar para mejorar, a esforzarme por lo que deseo lograr y no he entendido a no hacer nada para lograr alguna meta. 🤔😕

En 2015 me lesioné la rodilla derecha (menisco roto, desgarre en ligamento lateral interior y cruzados), en parte culpa del propio accidente y en parte mía por no fortalecer uniformemente los músculos de la pierna.

Me tomó dos meses volver a caminar y 5 meses regresar a entrenar. A pesar de todo lo que tuve que superar, contra intuitivamente, regresé mejor que antes de la lesión.

Pero me prometí no volver a pasar por una situación así.

Desde entonces fortalezco mis piernas 6/7 días, caliento, estiro y les doy mantenimiento. Lamentablemente, no controlamos nuestro destino y para mi sorpresa, ayer tuve que someterme nuevamente a artroscopia de rodilla, esta vez, de rodilla izquierda.

Entré a quirófano con un diagnóstico de 2 meniscos rotos y desgarre de ligamento lateral interior. Viví en negación de miércoles que me accidenté hasta viernes en la noche que me programaron, era como si me hubiera fallado una vez más. 💊🌡

Cuando salí me dieron 2 buenas noticias, no fueron los meniscos, sino una fisura en la meseta (cabeza) de la tibia y el daño a ligamentos no fue grave.

Mi recuperación será más rápida que la vez pasada además de que no perdí menisco (no se regenera y son necesarios para que la rodilla flexione).

De alguna forma, los músculos de mi pierna esta vez sí hicieron su trabajo. Me tomaré vacaciones forzadas pero el panorama es más alentador que el de la vez pasada.

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Mentalidades para entrenar

Llevo un rato analizando lo importante que es la mente en el entrenamiento. Me resulta curioso como pasamos por alto este aspecto cuando entrenamos.

No es que lo sepa todo, para nada. más bien he estado leyendo al respecto y palabras más, palabras menos, la mayoría de los autores consideran importante asistir a clase con una mentalidad que cumpla dos objetivos:

  1. Buscar siempre aprender
  2. Buscar siempre mejorar

El primero, está directamente relacionado con el ego. Entiende que cualquier comentario que te haga el profesor o compañero de clase con respecto a tu técnica o ejercicio puedes utilizarlo como punto de partida para mejorar o aprender algo nuevo, incluso viniendo de tus compañeros menos avanzados. Es cuestión de enfoque. Sin embargo, si no eres capaz de recibir comentarios, entonces tampoco puedes tener una mentalidad propicia para mejorar. Además de una mente abierta, también debes buscar dar tu máximo esfuerzo durante todo el ejercicio y tratar a toda costa de ir refinando cada una de tus técnicas.

El segundo aspecto está más relacionado con buscar siempre vencer y puede tener dos connotaciones. La más fácil es, por ejemplo, en competencia; tu mentalidad debe siempre estar enfocada en que tu desempeño sea mejor al de tu adversario, y no darnos por vencidos a sabiendas de que el contrincantes es mucho mejor técnicamente que nosotros o que venimos agotados o lastimados al evento. De manera análoga, cada entrenamiento es también una lucha contra nosotros mismos, contra las adversidades que pueden ser de destreza, o de condiciones físicas o de avance en conocimiento de técnicas. Lo importante es hacer frente a cualquiera de estos escenarios, mediante una mentalidad firme e incansable. Es cierto que jamás seremos perfecto, sin embargo, siempre habrá aspectos perfectibles, busca trabajar en ellos.

En un video biográfica sobre Tom Braddy, su entrenador mencionaba «Tom es uno de esos atletas que no entrenan para mejorar un 5%, él entrena para mejorar un 1%» Esto habla justamente de eso,  del compromiso para mejorar cualquiera que esto implique y sin importar si es cambio es substancial o no, simplemente es para eso, para mejorar.

El progreso no se da de la noche a la mañana, y no solo involucra nuestro entrenamiento físico, mientras no involucremos el desarrollo de nuestra mentalidad en la práctica, no podremos aspirar a superar nuestros límites actuales.


5 recomendaciones para aprovechar al máximo tu clase

Sin duda todos creemos que ensayar tanto como sea posible es la mejor forma para avanzar más rápido en cualquier disciplina, no es la excepción el taekwondo. Pero si este fuera el único camino, seguramente estaríamos en serios problemas, ya que en realidad el tiempo que podemos disponer para entrenar no depende enteramente de nosotros, la vida diaria tiene otros frentes que se deben atender (trabajo, escuela, familia, amigos, etc.).

Es cierto, “la práctica hace al maestro”, pero la calidad del entrenamiento es la que al final impactará en los resultados. Puedes aumentar la calidad de tus entrenamientos considerando los siguientes diez puntos:

1)          No te saltes el calentamiento

El error número uno por excelencia es saltarse el calentamiento, ya que se cree que de este modo se “maximiza el tiempo efectivo de la clase”. Sin embargo, exigirle a nuestro cuerpo que esté al cien por ciento cuando no se le ha preparado no solo va a jugar en nuestra contra para mejorar nuestra condición, velocidad, fuerza, potencia, elasticidad o hasta ir refinando nuestras técnicas, sino que corremos un alto riesgo de lastimarnos durante el entrenamiento o ir acumulando desgaste físico hasta que más adelante se traducirá en una lesión.

El calentamiento tiene como objetivo fundamental preparar a tu organismo, tanto a nivel funcional como psicológico, para realizar una carga de trabajo intensa y que este responda con su mejor desempeño posible. Por lo que saltarte el calentamiento es más bien una buena forma de desperdiciar tu clase. En cambio, puedes optimizar tu clase realizando un muy buen calentamiento, pues de esta forma todos los ejercicios que realices podrás realizarlos con tu mejor nivel.

Puedes  llegar unos quince minutos antes del inicio de la clase y empezar a calentar por tu cuenta. Recuerda debes empezar con ejercicios generales que se enfocan en las extremidades más grandes y con una intensidad baja, para gradualmente ir aumentando la intensidad y pasar a movimientos más específicos. Si no te es posible llegar antes o incluso llegas un poco rezagado por el trabajo o la escuela, no importa. Incorpórate al calentamiento de la clase y aprovecha cada tiempo de descanso entre ejercicios para seguir estirando por tu cuenta. Mantente activo en los descansos

2)          Entrena siempre dando tu máximo esfuerzo

La mejor forma de hacer valer tu entrenamiento es darlo todo. Es sencillo, si cuando sales de clase piensas que pudiste haber realizado más series de un ejercicio, moverte más rápido, patear más fuerte o incluso más alto, entonces no lo hiciste a tu máximo esfuerzo. El progreso tanto en tu capacidad física como en tus habilidades técnicas y tácticas requiere que te exijas tu nivel máximo siempre. No puedes esperar un excelente desempeño en una competencia o examen si no entrenas para ello. Debes fomentar una mentalidad de búsqueda de perfección, de este modo cada clase irás mejorando paso a paso y no te sentirás presionado días antes de tu evento por tratar de remediar todas tus fallas técnicas o de condición física. Mantenerte en este nivel de exigencia también desarrolla tus habilidades psicológicas, ya que mejorará tu manejo de emociones, control de atención y confianza en ti mismo.

3)          Mantén una mente abierta

Llega a clase siempre con la intención de aprender e intentar, sin importar si te equivocas, si te están viendo, si te regañan, etc. Sencillamente olvídate de todo lo exterior y enfócate en vivir tu entrenamiento y para tu entrenamiento. Mantente atento y no solo nos referimos a poner atención a la explicación que de tu maestro. Se puede aprender también de escuchar la retroalimentación que te de tu compañero de trabajo, de ver cómo los demás ejecutan el mismo movimiento que tú y también de preguntar a los demás cómo lo hacen. Observa y contágiate de tu compañero que patea muy rápido, del que tiene las patadas más altas o el que tiene en mejor impacto.

4)         Toma notas y plantéate objetivos para cada clase

Cuántas veces no te ha pasado que olvidas los detalles que te explicaron de alguna posición, defensa, patada o forma y te vuelve a caer “el veinte” cuando tu profesor te los repite en otra clase. Claramente, tu profesor no espera que a la siguiente clase ya todos y cada uno de sus comentarios los incorpores en tus ejecuciones, pues sabe que el aprendizaje requiere de un tiempo que va desde el notar y entender lo que desea que aprendas hasta realmente incorporarlos en tu hacer y para ello debes pasar por la práctica. Por lo tanto, una buena práctica es mantener un seguimiento de las explicaciones, detalles y comentarios que obtuviste durante la clase, anotarlo y revisarlos antes de tu siguiente clase para hacer hincapié en llevarlos a la práctica en tu nueva clase y estar al pendiente de no descuidarlos. Puedes desde anotarlos en un cuadernillo o grabarlos en video, tú decides, la recomendación es llevar un orden para que puedas consultarlos fácilmente, Podrías hacer el registro por orden cronológico o incluso por concepto: posiciones básicas, defensas, ataques, patadas, formas, técnicas de defensa personal, combate, etc.

5)          Diviértete

Al final del día, practicas porque te gusta, entonces, no tiene caso que entrenes sin que disfrutes tu clase. Busca siempre dejar de lado todos los pensamientos de miedo o nervios, valora todo el avance que has ido acumulando y se positivo con respecto a lo que puedes llegar a alcanzar.


¿Qué pasa cuando dejas de entrenar?

Si eres como yo de los que dejan de entrenar uno o dos días y piensas que ya subiste 10 kilos, este artículo es para ti.

Existen ocasiones que te limitan a entrenar poco tiempo o incluso pocos días a la semana, la mayor parte de esas veces se debe a que:

  • Eres un estudiante y tienes mucha tarea, proyectos o entregas
  • Ya tienes un trabajo estable hay veces que te consume más de lo que quisieras
  • Enfermas o enferma alguien cercano a ti
  • El clima no te permite llegar a tu destino de entrenamiento

*Este ultimo suena a excusa pero sí me ha sucedido.

Un tiempo de descanso de 2 a 3 días no te afecta, al contrario te ayuda a recuperar esas energías que pierdes en los entrenamientos, todos hemos pasado por un periodo similar.

Un periodo de una semana, a pesar de sonar tan drástico es esa semana que podría ser obligatoria de descanso para reponer los tejidos, recuperar tu sistema hormonal y cardiovascular.

Un periodo de dos semanas, aquí si ya hay cambios notorios en la eficacia cardiovascular o conocida como condición física, o la firmeza de los músculos, pero tranquilos no es algo grave ya que estas pérdidas las puedes recuperar en tu siguiente semana de entrenamiento.

Un periodo de un mes, cuidado con este periodo ya que a partir de la segunda semana existen perdidas imagina las siguientes semanas, el metabolismo se ralentiza y por cada semana la grasa se acumula lo ideal es regresar a tus entrenamientos lo más pronto posible

Un periodo superior a un mes, suma los cambios desde la primera semana, perdida de musculatura y de masa, acumulando grasa y perdiendo condición física.

Sin embargo está comprobado que las personas realmente activas pueden recuperar después de un parón de entrenamiento y por eso se dice que los músculos tienen memoria.

Como recomendación final puedes tener descansos no mayores a un mes siempre y cuando retomes tu entrenamiento y mantengas una alimentación balanceada.