Quizá es lo que más escucho: «es que yo no tengo nada de elasticidad», «es que yo no soy bueno para hacer eso», «es que yo soy pequeño»…
¿Y sabes qué? Nada de eso es necesario. Sí, Sí creo que hay quienes son más talentosos para algo y otros que simplemente vamos a tener que trabajar el doble o triple. Pero creo que no se trata de solo hacer o dedicarnos a lo que «somos buenos», sino venir a esta vida a hacer lo que nos haga felices, lo que nos guste, nos apasiona, nos interesa…
Y no me mal interpreten. Pero creo que yo, y mi profesor puede constatar, no era buena para el taekwondo, no tenía talento innato, no tengo las piernas más largas que el torso ni llegue con la elasticidad que ahora tengo…
Lo que sí tenía y de sobra era deseo, curiosidad y persistencia. Y con eso, me propuse llegar tan lejos como me fuera posible porque lejos de que el taekwondo encajara en mi vida, yo busqué encajar en él, y siempre trabajé para merecer el grado al que aspiraba, pues también se trata alcanzar cada grado pero cumpliendo con lo que nos toca, no buscar que mágicamente nos ayuden o regalen algo.
Y la meta no era ser cinta negra o demás danes, sino aprender, entender y mejorar mi taekwondo, adentrarme en esta filosofía de vida.