Está claro, el conocimiento nos abre puertas y cada vez somos más los que valoramos y le damos más importancia a este tipo de inversiones. Pero cuantificar el tiempo que cada quien requiere para adquirir un “nuevo conocimiento” no es sencillo y depende de varios factores. Sin embargo, existen estudios que se han dado a la tarea de cuantificar el tiempo necesario para lograr determinado nivel de “expertise”.

 

Sí, actualmente existe una tendencia a incursionar en distintos temas por motivaciones muy distintas, todas ellas muy válidas. 

Las hay tan sencillas como por el simple deseo de aprender nuevos temas, por adquirir nuevas experiencias (tendencia millennial) o simplemente por ampliar el rubro de “hobbies y actividades extra académicas” de nuestro CV.

 

La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de rehusarse a adquirirlos” – Karl Popper

Cuántas horas necesitamos para aprender nuevas cosas

Con respecto a cuántas horas necesitamos para aprender algo nuevo, también se ha hecho famosa la «regla de las 10,000 horas«, la cual no es del todo falsa, sino que simplemente está mal interpretada. 

Quizá el libro (bestseller) que más famoso hizo esta aseveración fue «Outliers: The Story of Success» (Atípicos: La historia del éxito). En este libro, el autor Malcolm Gladwell examina varios casos de personajes exitosos para determinar los distintos factores que contribuyeron a su éxito.

Entre los «n factores» que menciona, sobresale la famosa «regla de las 10,000 horas» que hace incapié en que la clave del éxito se encuentra en buscar desarrollar nuestras habilidades a un nivel de experto y que para ello se requiere una inversión de estudio y práctica de al menos 10,000 horas.

Pero a pesar de difundir tanto esta idea, Malcolm Gladwell no fue el autor de ella. El autor es K. Anders Ericsson un investigador y profesor de la Universidad del Estado de Florida especializado en la psicología de la pericia (expertise) humana y su desempeño (performance). 

 

 

Ericsson realizó su análisis utilizando datos de profesionales en distintas áreas como atletas, músicos y jugadores de ajedrez. Todo con el objetivo de cuantificar cuánto tiempo se requería para poder aspirar a desarrollar las habilidades necesarias para ser uno de los practicantes más avanzados en el campo.

Y efectivamente, la respuesta señalaba que entre más horas de práctica se tuviera, mayor expertise se adquiría. Y, de acuerdo a sus datos, aquellos que contaban con al rededor de 10,000 horas de práctica, eran los considerados como «expertos«.  

Sin embargo, la vox populi desvirtuó dicha frase a un regla de «necesitas 10,000 horas para aprender algo nuevo», cuando en realidad dicha regla se refería a lograr ser un «experto» en dicho campo. 

 

 

Aprender nuevas cosas sí está en función del tiempo que dediquemos explícitamente a ello. Y de hecho sabemos que al principio nuestro avance es exponencial (de no saber nada de pronto sabemos realizar operaciones matemáticas, hacer algún ejercicio físico o tocar algún compás) pero en la medida que seguimos aprendiendo, el avance comienza a ser cada vez menor (tasas decrecientes).

Pero entonces, ¿cuánto tiempo requeriremos para adquirir nuevo conocimiento y tener un nivel aceptable en el tema? Esa respuesta la da Josh Kaufman (Video «The first 20 hours, how to learn anything»), quien justamente analizó esta creencia popular de la regla de las 10,000 horas y desarrolló un método para aprender en tan solo 20 horas.

El tema sin embargo, tiene mucho para dar. Por ejemplo, en el libro «The Sport Gene» también se analizan distintos casos en los que efectivamente la famosa regla de las 10,000 horas para un nivel experto se cumple (también se le conoce como la regla de los 10 años), pero existen casos «outliers» en los que el tiempo de práctica no se acerca a esta regla.  

De hecho en este libro se mencionan estudios como «The range of Human capacities» de David Wechsler quien a partir de una base extensa de datos sobre mediciones (desde salto vertical, duración del embarazo, peso, etc) encontró que para cualquiera de los campos, la razón del «más alto al más bajo» o «del mejor al peor» era de tres a uno o de dos a uno

Mientras que Phillip Ackerman, psicólogo y experto en la adquisición de habilidades, dados sus estudios y conocimiento en el tema concluye que el nivel de habilidad que se puede desarrollar con base en la práctica vs alguna dotación inicial de habilidad innata depende del grado de complejidad de la habilidad que se desea perfeccionar. Abogando que para aquellas más simples, las horas de práctica invertidas proporcionan resultados de expertise similares para ambos tipos de personas (aquellos con facilidades innatas y aquellos que no), pero en la medida que las habilidades sean más complejas, las horas de práctica ayudaran más al grupo con una dotación inicial mayor de esta habilidad. 

 

Reflexión

Es claro que la respuesta a esta controversia de cuántas horas son necesarias no es puntual, y como habíamos mencionado antes, depende de muchos factores. ¿Pero por qué mi interés en este tema? 

Pues resulta que hace un par de meses me topé con una familia que estaba solicitando clases privadas ya que su hijo de 10 años necesitaba clases de regularización porque acababa de entrar a una «escuela de taekwondo» cuyo programa «súper especializado» les garantizaba obtener su cinta negra en tan solo un año.

Me mostraron videos del niño en clase, el cual efectivamente necesitaba mucha ayuda, pero lo más perturbador era que no se trataba únicamente de él, ¡era la clase entera! Y no estoy hablando de detalles técnicos, no no, más bien parecía que ¡en su vida habían ido a clase!

Sí, nuestro tiempo es muy limitado y todos deseamos con muchas ansias alcanzar rápidamente la cumbre (terminar la escuela, bajar de peso, terminar de ver la serie, salir de vacaciones, etc) y no es la excepción «llegar a cinta negra». Pero creo que también debemos ser muy conscientes que todo lo que comprenda el desarrollo de habilidades nos requiere invertir tiempo de calidad y nos exige prepararnos lo mejor posible.

En alguna ocasión tuve una discusión con un «profesor» de artes marciales que me pedía de la manera más atenta que «le bajara a la intensidad de la clase» pues no todos traían la misma capacidad, condición fisica y compromiso, «algunos solo vienen a hacer ejercicio». 

Creo que el argumento en el que este profesor me perdió fue cuando defendiendo a unas cintas rojas de calidad muy mediocre (en cuanto a técnica y hasta actitud) dijo «es que muchos de ellos tienen el deseo de llegar a ser cintas negras, ¿quién soy yo para negárselos?».

 

 Creo que precisamente tanto aquellos que prometen un «curso intensivo» o los que simplemente te «venden la cinta» son parte del problema. 

No se trata de regalar los grados, se trata de formar gente. si la persona no está bien preparada, simplemente no debería seguir avanzando, hasta que alcance el nivel para lo que está aspirando

En algún momento vi el video de Odín Dupeyron y muchas de mis ideas cayeron en su lugar. No debemos relajar los estándares o las cotas mínimas de conocimientos, más bien debemos intensificar las clases para todos aquellos que se van rezagando, algo así como clases de regularización o apoyo, pero no un «ahora todos van a aprobar sin importar su desempeño«.

En verdad, quieres algo, esfuérzate por ello, pero no te claves con la idea de que todo es siempre alcanzable. Tiene mucho más mérito quien se muere en el intento a el que solo compró el lugar. 

No construyamos una sociedad en la que «cualquiera puede ser médico, no importa como lo logre (comprando el titulo) y si se le mueren unos cuantos pacientes, no pasa nada, es que hay que dejarlo realizar su sueño«. 

Es que por los sueños se lucha, no se paga

Y es que este tipo de «pseudo» cintas negras/licenciados/profesores únicamente vienen a demeritar el trabajo de quienes en realidad sí se prepararon para obtener el grado y cumplieron con los requisitos necesarios, 

No hay nada de honor en ese camino lleno de farsa. Debemos fomentar una sociedad basada en el mérito, el honor, el esfuerzo y la integridad. La solución no está en las píldoras mágicas o los programas de unas cuantas horas.

Finalmente, mucho de lo que hacemos o llegamos a hacer es por el simple placer o deseo de hacerlo. ¿Por qué te gusta el color azul? ¿por qué estudias esa carrera universitaria? porque te gusta ese tono de color y porque te apasionan los temas en esa carrera. Simplemente es así, así también en cualquier ámbito. 

¿Por qué practicas taekwondo? La respuetsa no debe ser porque «quiero una cinta negra para poder colgarla en la sala«. La felicidad está en el camino, no en el destino (título, medalla, grado, cinta, etc). Y si así lo vemos, no andaremos contando como prisioneros cuántas horas más de clases nos faltan para el siguiente examen, sino anhelando a que llegue la siguiente para volver a hacer aquello que tanto te gusta.

 

Referencias

Gallo, A. (2019). How to Master a New Skill. Consultado en https://hbr.org/2012/11/how-to-master-a-new-skill

Dupeyron, O. (2019). No fabriques fantasías cuando quieras realidades | Odin Dupeyron | TEDxYouth@BosquesDeLasLomas. Todos los derechos reservados a TEDx. Consultado en https://www.youtube.com/watch?v=IvTio0FJf6Y 

Kaufman, J. (2019). The first 20 hours — how to learn anything | Josh Kaufman | TEDxCSU. Todos los derechos reservados a TEDx. Consultado en https://www.youtube.com/watch?v=5MgBikgcWnY&t=763s

Gladwell, M. (2008). Outliers:The story of success. New York, NY.

Epstein, D. (2013). Sports Gene: Inside the Science of Extraordinary Athletic Performance.