Claramente, la cinta negra es la más codiciada no solo en taekwondo sino en cualquier arte marcial, y sin duda, es resultado de un sinfín de obstáculos superados.
Sin embargo, ninguna cinta sería posible sin haber dado el primer paso, o mejor dicho, sin la cinta blanca. Por ello esta cinta por sí sola ya tiene mérito pues no es fácil pasar de espectador a practicante.
El taekwondo, como otras artes marciales orientales, incorporan el término «DO» en su nombre, con el objetivo de enfatizar que el arte marcial que enseñan se trata de un camino o filosofía.
Así, el taekwondo no solo busca curtir el cuerpo del practicante para realizar técnicas de defensa y pateo, sino que se trata de un estilo de vida que considera una formación integral del ser humano, por lo que también involucra mente y espíritu.
De nada sirve un cuerpo ágil y bien preparado si no se tiene el deseo y la confianza para enfrentar las adversidades.
Definición de cinta blanca
La cinta blanca del taekwondo, jin ti en coreano, es la primer cinta que porta un taekwondoín. Su color representa la pureza e inocencia.
Es decir, al principio, el practicante es como un lienzo en blanco, que comenzará a familiarizarse y asimilar el trabajo en el dojang para ir formando los cimientos o fundamentos para la consecución de las siguientes cintas.
El primer reto que enfrentamos cuando nos proponemos a emprender, consiste justamente en actuar.
Del mismo modo, el primer obstáculo que todo practicante enfrenta es decidir y alinear su conducta para la persecución de un objetivo, a esto se le conoce como voluntad.
La voluntad es el primer descubrimiento de todo principiante, la cual es una piedra angular durante todo el camino para las siguientes cintas.
Por esta razón, el primer poomsae (forma) que una cinta blanca de taekwondo aprende significa voluntad y se conoce como Kicho Cho-dan.
Así como se dice que la mente de un niño funciona como una esponja, se puede repetir la misma analogía con la mente de un cinta blanca.
Ya que para poder absorber la mayor cantidad de información posible, se requiere mantener una mente abierta o mente de principiante, conocida como shoshin en japonés.
El concepto de mente abierta hace alusión a la inocencia del cinta blanca que se encuentra en un estado de completo deseo por aprender sin prejuicio, pre concepción o sesgo.
De hecho, este «deseo por aprender» es otro de los requisitos fundamentales para mantenerse en el camino hacia la deseada cinta negra.
Por lo que una mente de principiante no es solo un requisito para las primeras cintas, sino para todos los que deseamos seguir mejorando sin importar nuestro nivel.
Vacía tu mente, se amorfo, moldeable, como el agua.
Si pones agua en una taza, se convierte en la taza, si pones agua en una botella se convierte en la botella, si la pones en una tetera se convierte en la tetera.
El agua puede fluir o puede aplastar.
Se como el agua, amigo mío, el agua que corre nunca se estanca, así es que hay que seguir fluyendo» – Bruce Lee
En esta primera etapa de formación, el taekwondoín está en constante descubrimiento, ya que no solo empezará a aprender sus primeras técnicas, también el funcionamiento de su propio cuerpo para ejecutarlas.
El cinta blanca también irá aprendiendo que debe ser paciente y esforzarse de forma diaria para ir mejorando y alcanzando sus objetivos de corto y mediano plazo para acercarse a los de largo plazo.
Por ello, el siguiente kicho en su camino sera I-dan, y su significado se refiere precisamente al esfuerzo.
Hasta este punto, se tiene a un practicante que ha puesto voluntad y esfuerzo para ir desarrollándose en taekwondo. El último cimiento que adquiere el taekwondoín es la disciplina, la cual va más allá de formarse bien alineado, guardar silencio y respetar a sus compañeros.
La disciplina es el elemento que alinea a la voluntad y al esfuerzo y los compromete para mantenerse en el camino hacia los objetivos. Al final del día, por más talentoso que sea el practicante, no podrá seguir avanzando sin esa perseverancia por seguir aprendiendo y entrenando sin importar las adversidades que vayan apareciendo.
Reflexión
Tal vez sea por lo acelerado que se ha vuelto el estilo de vida de nuestros tiempos, que la mayoría de los productos o decisiones de nuestra vida rondan por el «¿cuánto tiempo me tomará…?»
Por lo mismo, un sin fin de productos y servios ya se ofrecen con la leyenda «en menos de tanto tiempo usted logrará…» seguido de las palabras «mínimo de esfuerzo, tiempo y dinero«.
Y es correcto, es racional tratar de optimizar tiempo, dinero y esfuerzo. Solo decide bien en qué vale la pena invertirlos. No escatimes en tu formación y tampoco seas tan temeroso en emprender que nunca pases del «añorar».
Nadie tiene que ser excelente para empezar, lo que sí es cierto es que debes empezar para algún día ser excelente.
Una vez que inicies en taekwondo, no te ofusques con tanta información y retos físicos. ¡Disfruta!
Disfruta esta nueva etapa de mucho aprender, de no tener «presión» por ser el ejemplo de perfección para tus compañeros de menor grado.
Disfruta descubrir cómo tu mente puede marcar una diferencia en lo que puede alcanzar tu cuerpo. Disfruta una y mil veces que puedes ir mejorando en tus capacidades físicas. ¡Disfruta!
No te confundas, el color de tu cinta solo indica en que nivel vas de tu formación.
Pero el objetivo siempre será que alcances tu cinta negra, que al fin y al cabo, tampoco será el final sino el inicio de una nueva fase.
¿Cuánto tiempo has estado entrenando para tu examen de cinta negra? – En realidad, desde el primer día que pisaste el dojang.
Referencias
Jesse, Enkamp (2019). 4 Powerful Mindsets of Traditional Karate. Retrieved from http://www.karatebyjesse.com/zanshin-mushin-shoshin-fudoshin/
Sé como el agua, amigo – Revista Esfinge. (2019). Retrieved from https://www.revistaesfinge.com/filosofia/corrientes-de-pensamiento/item/436-35se-como-el-agua-amigo
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